© todos los derechos reservados - 2021-2 Alejandro Rojo
Return to main page

El discurso de poder nazi

El siguiente trabajo es un trabajo del grado de lingüística realizado por mi con oportunidad de la asignatura de Análisis del discurso. Puede descargarse pulsando en la imagen inferior.

El objeto de estudio es el discurso de dominio social nazi, es decir, “los modos en que se abusa del discurso para controlar las creencias y acciones de la gente en interés de los grupos dominantes” (Teun Van Dijk, 2001) en este caso para beneficio del régimen totalitario dirigido por el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (en adelante partido nazi) desde 1933 a 1945 en Alemania. Para ello se expondrán su motivación y recursos con atención particular a la narrativa de la agencia y al discurso racial: la incitación, aceptación y ocultación del genocidio y de la violencia racial. Se mostrará cómo la ideología racial nazi, que se materializó en el asesinato de millones de personas, elaboró un tipo de discurso que irrumpió en y abusó de la lengua: creando neologismos, suplantando términos, alterando y codificando significados, utilizando metáforas deshumanizantes, pervirtiendo el sentido de las causas y efectos y ocultando la agencia del crimen. Mediante recursos como la monopolización de los espacios discursivos, la coacción, la repetición y otros.

Conclusiones del trabajo

El discurso nazi es un discurso de dominio social cuyo objetivo es configurar las estructuras sociales y políticas de la sociedad alemana en un estado totalitario basado en un ideal de supremacía racial y cultural. El dominio se consigue mediante la coacción y alineación ideológica, la monopolización de todos los espacios discursivos, la repetición del discurso y la infiltración en la lengua de unas expresiones y léxico ideologizados. Son estas expresiones lingüísticas, más que los discursos de los líderes nazis, las que adoctrinan (V. Klemperer) ya que se incorporaron a la psique del pueblo “de manera mecánica e inconsciente” (L. Morris).

El régimen consolida su poder mediante la configuración de un enemigo interno y uno externo para desviar y neutralizar respectivamente las críticas contra el régimen y consolidarlo. A cambio el régimen descarga al individuo del esfuerzo democrático de elegir entre discursos competidores y de su responsabilidad en sus fracasos individuales o colectivos mediante la configuración de un enemigo culpable; adicionalmente proporciona un sentimiento de trascendencia en la nación, de pertenencia y permanencia que alivia la angustia existencial humana derivada de la impermanencia del cosmos.

Es un discurso sencillo pero insistente (“Toda propaganda debe ser popular y su nivel intelectual debe ajustarse a la inteligencia más limitada de entre la audiencia” expresa Adolf Hitler en Mein Kampf) en el que la escritura periodística adopta el estilo del habla y donde el medio visual adquiere relevancia por la facilidad con la que su mensaje es asimilado rápidamente.

En el dominio, el discurso relativo a la agencia de los hechos es de mayor importancia: el nazismo elabora un relato de causas y efectos y un relato histórico para favorecer sus objetivos en cuyo centro está el archienemigo judío. Con él el régimen nazi se autoexime de su responsabilidad criminal y genocida (el genocidio, denominado oscuramente “la solución final al problema judío” / Endlösung der Judenfrage) y en el inicio de la segunda guerra mundial (denominada guerra judía / Judenkrieg). Para ello manipula la agencia de las oraciones, crea neologismos y significados camuflados (Tarnwörter) para ocultar el asesinato.

En la propaganda audiovisual se observa la valorización del discurso nazi mediante la reacción validadora de la masa. Observamos la extraordinaria atención y esfuerzo dedicados por Adolf Hitler a sus discursos. Su comunicación es muy densa pues combina eficazmente el aspecto verbal y el no verbal; su estilo comunicativo puede caracterizarse como muy enérgico, emocional (a veces teatral) y en definitiva avasallador. Transmite autonomía y, puesto que tiende a configurar la mano en un puño, transmite fuerza y agresividad y con ello un liderazgo fuerte.

Como señalaba Klemperer, la LTI, la variedad de la lengua alemana configurada por el nazismo, era una variedad empobrecedora y reiterativa, suscitadora de la emoción, más arenga y orden que conversación e intercambio. Era un instrumento que buscaba eliminar la individualidad, promover el fanatismo de la masa e implantar un discurso único que configurara la sociedad y consolidara el poder de un estado totalitario.

Every language able to assert itself freely fulfils all human needs, it serves reason as well as emotion, it is communication and conversation, soliloquy and prayer, plea, command and invocation. The LTI only serves the cause of invocation.” (Klemperer, V.)

Comunicación no verbal de Adolf Hitler

Se ejemplifica la comunicación no verbal de Adolf Hitler con tres segmentos de la película propagandística Triumph des Willens. Cada uno sirve para ejemplificar diferentes aspectos: